Ritual de servido

Debe ser servida en recipientes especiales, copas, jarras o vasos y lograr entre uno y dos dedos de espuma (2 a 4 cm de espesor) de tal manera que sea suficiente para proteger la cerveza de la oxidación, ayudando a retener aromas y resaltar sabores. El gas carbónico que se produce luego de la fermentación es el que forma la espuma que debe ser viva y brillante, permanecer mucho tiempo sin diluirse y dejar dibujados aros continuos en la copa a medida que se va consumiendo. Cabe anotar que las cervezas tipo “ale” generan abundante y descontrolada espuma, por lo que debe ser servida lentamente y con mucho cuidado, aproximando el cuello de la botella al lateral interior de la copa, al tiempo que la copa se inclina para que la cerveza no golpee bruscamente la superficie, sino que haga un suave recorrido. Por el contrario, con las cervezas tipo “lager” el líquido debe ser vertido desde cierta altura para golpear el lateral inferior del vaso o la copa, a una inclinación de unos 45° para recogerse en el centro.

Espuma

Mientras que las cervezas tipo Ale requieren para su consumo de vasos grandes y bocas muy abiertas para expresar mejor todo su potencial aromático, las cervezas tipo lager se expresan mejor en los tradicionales vasos debido a que en su servicio a 4 °C conservan mejor la temperatura. Se utilizan las copas de boca cerrada para conservar mejor los aromas y que estos suban a la nariz en forma de pirámide. También funcionan muy bien los tradicionales vasos grandes para apreciar correctamente este tipo de cerveza. Vale recalcar que en algunos países es común que los productores de cerveza saquen una copa de diseño para cada marca y se convierte en un rito imperdonable no escanciar la cerveza en su copa precisa.

Tres son las alternativas clásicas de envasar cerveza: la primera el barril, la segunda la botella de cuello largo en donde encontramos dos variaciones, el color ámbar y verde para preservarla de la luz, además de evitar su oxidación y descomposición de sabores, y la reciente botella transparente conocida como flint donde vienen algunas cervezas que utilizan lúpulos especiales para evitar su oxidación. Finalmente la tercera, la lata con su reposo oscuro y fresco para la cerveza.

Envases

Una vez que sale la cerveza de su período de guarda (lagering) y es estabilizada y envasada, no precisa de mayores cuidados a la hora de ser almacenada. Obviamente la luz solar y un calor excesivo adelantarán dramáticamente su tiempo de vida (consumo) y la cerveza terminará sus días antes de lo previsto.

Para las temperaturas de servicio, las cervezas tipo Ale se recomiendan que lleguen a la mesa a unos 8-12°C. Para el caso de las cervezas tipo Lager, por sus características de frescura y suavidad, se recomienda servirla a unos 4 °C, nunca menos, pues el frío excesivo enmascara aromas y sabores de la cerveza y factores como el lupulado o el caramelo se pueden perder en la degustación del producto. Algunos países centroeuropeos recomiendan llevarlas cervezas lager a una temperatura de entre 7 y 8 °C, hecho que se entiende por el rigor de sus estaciones.